lunes, 10 de agosto de 2015

Los tesoros de Adelett



Por Ada Oramas
Tomado de www.tribuna.cu

 ¿Titiritero, actor, mago, dramaturgo, maestro, artesano o soñador?...Estas definiciones apenas bastan para calificar el arte de Adalett Pérez Pupo, un creador que fascina con la palabra o las joyas que nacen de sus manos y caracterizadas por decorados donde inserta personajes en relieve de exquisita factura.

Conocedora de su talento y posibilidades infinitas como creador, no pude evitar permanecer atrapada en la fantasía que emana de obras, donde los títeres se “liberan” de sus manos y adquieren personalidad propia.

Así ocurrió al final del encuentro en el barrio, cuando los niños reían, aplaudían y vivían momentos de júbilo, en la calle 212 entre 92 y 101, en el reparto Novoa de Alturas de La Lisa.
Se trata de un proyecto comunitario, de connotaciones didácticas, cuyo objetivo es promover la apreciación artística y detectar talentos noveles pues, según revela, ha descubierto magos y titiriteros entre sus alumnos.

Adalett, en estos momentos, alienta y enseña, mientras el resto de los discípulos adquiere conocimientos sobre la fabricación de los muñecos y se adentran por los vericuetos de las artes escénicas.

El cuarto de lo soñado

De sorpresa en sorpresa, entro en una sala, donde asoman títeres y marionetas, sentados en butacas, sillas o colocados en la pared, en lo que podría definirse como un avance de lo que oculta el cuarto de lo soñado.

Se trata de una habitación de medianas dimensiones y alto valor estético con una colección en la cual asoman los protagonistas de sus obras, entre ellas La Cotorrita Alegría; la cual representa mucho más que un instrumento de trabajo. Pues su creador la llama la estrella de la compañía. “Es la primera figura de mis espectáculos y representa mi alegría de vivir”, asegura.

No me canso de contemplar esos títeres que asoman traviesos en una multitud de muñecos diseñados y construidos por este artista aplaudido en varios países de América Latina y considerado en Cuba como uno de los maestros del teatro para niños, a quien también elogian los adulto por la vida de estas hermosas piezas concebidas para un museo de ensueños.

En el arca, una presencia inolvidable

Con la obra El tío Coyote y el tío Conejo. Acaba de brindar una temporada con su compañía con el teatro de títeres El Arca, en el Centro Histórico de La Habana, cuya apariencia y terminación fueron reconocidas por los espectadores.

A partir de una curiosa combinación de plastilina y otros materiales, invita a quienes no han vivido la aventura de contemplar tales tesoros, donde los tíos Coyote y Conejo se apropian de las frutas del huerto de Doña Federica y reciben una lección inolvidable del respeto a lo ajeno. El final, inolvidable, es protagonizado por la Cotorrita Alegría, pletórica de vida como sus compañeros en este retablo de maravillas.

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